Necesito, con urgencia inminente, asumir los riesgos de cada decisión que lanzo al mundo.
Comprender que a cada acción pueden sucederle no una, sino consecuencias contradictorias.
No para aturdirme de pensamientos sino justamente todo lo opuesto.
Poder anticiparme hacia aquél resultado que más se ajuste a lo armónicamente posible.
Prevenirme de los desastres que de lo contrario me perseguirán hasta en lo sueños.
Cautela, la carta de la inocente no tiene que jugar más a la ingenua.
Como decía Jung en alusión a Nietzsche, él no quería ser como éste,como una brizna empujada por el viento.
(bicicleta te extraño, verruga espero que te vayas y no vuelvas, examen quiero aprobarte, vida quiero vivirte en alegría, huerta quiero verte en abundancia, amistades los quiero mucho y les deseo lo mejor)
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