domingo, 26 de junio de 2016


  En tanto alma, más que hija de mis padres, me considero y por consiguiente, aprendo a valorarme como Expresión del Cosmos.

domingo, 19 de junio de 2016

Locura de amor

La locura
de que la locura
porte alguna función
que se parezca al intento
de propender hacia formas
más sanas de amor

 
   Hombre mirando al sudeste (1986), Eliseo Subiela.


"Sólo hay 4 preguntas fundamentales en la vida
 ¿Qué es sagrado?
¿De qué está hecho el espíritu?
¿Para qué vale la pena vivir?
¿Y para qué vale la pena morir?
La respuesta es la misma.
Sólo el amor.
Don Juan de Marco (1995), Jeremy Leven.

miércoles, 15 de junio de 2016

corro
canto
danzo
medito
escribo
para nada
Y PARA TODO 


domingo, 12 de junio de 2016

Luminares

"Según Jung, yo tenía sueños especialmente difíciles y complicados, de los cuales yo no entendía una sola palabra. Eran verdaderos enigmas chinos sin sentido. Yo llegaba donde Jung con todos esos disparates y con gran esfuerzo, él extraía el significado. A veces tomaba un pañuelo, se secaba la frente y decía: "¿Qué harías si no tuvieras un Jung para entender este sueño tan complicado"?.



Marie Louise von Franz, en "El camino de los sueños. Conversaciones con Marie Louise von Franz", por Boa Fraser.
Ilustra el texto: Filemon, que es para Jung el equivalente de un guía espiritual, aportándole la certidumbre de no estar solo en el inicio de sus investigaciones sobre el inconsciente colectivo.

jueves, 9 de junio de 2016

A verdad, decir

No pensé que podía llegar a desprenderme de su presencia arrobadora.
Es que no estaba en mí, nos habíamos fabricado una torrecita de arena,
ahí aparte.
Aislados hechos de sueños, fantasías y nadas.
No imaginé verme involucrada en el procedimiento quirúrgico de extraer... los retazos de nosotros...
solapados, agazapados, enmarañados, crepitados...
mutilados por nosotros mismos,
de cuando en aquella torre nos desmoronábamos de tanto en tanto...
y yo no sabía dónde comenzaban sus vísceras y dónde terminaban las mías,
y vuelta a construir, a amasar y amoldar la arena,
para terminar acabados y esparcidos por todas partes.
Pero de veras no creí que me atrevería a cruzar esa torre por las escaleras
(... además siempre pensé que él quiso escabullirse por la ventana),
llegar a la puerta sin haber recogido mis cosas
(que ya no sé ni a quién le pertenecen los sentimientos, pensamientos y los sueños)
y empezar a soltar como el tallo se desprende suavemente de sus hojas.

Pero yo no me creía siendo capaz.




El ave migratoria lleva los destinos en sus vuelos
y eso parece ser más importante que todo lo demás.