jueves, 31 de agosto de 2017


"Es naturalmente una ironía el que yo, como psiquiatra, haya topado en mi experimento, por así decirlo, a cada paso con aquel material psíquico que constituye los elementos de una psicosis y que por ello se encuentra en el frenopático. Es aquel mundo de las imágenes inconscientes que sume al enfermo mental en fatal confusión, pero también a la vez una matriz de la fantasía creadora de mitos, que han desaparecido de nuestra época racional. La fantasía mítica existe en todas partes, pero es tan mal vista como temida, y parece incluso una experiencia arriesgada a una aventura equívoca confiarse a la senda insegura que conduce a las profundidades del inconsciente. Pasa por una senda del error, de la doblez y del equívoco. Pienso en las palabras de Goethe: «Atrévete a abrir las puertas ante las cuales todos prefieren pasar de largo»".



Texto: Carl Jung en Recuerdos, sueños y pensamientos
Imagen: Carl Jung en El Libro Rojo

domingo, 20 de agosto de 2017

"Porque «toda determinación es negación». Y tal vez el mayor obstáculo resida en la tarea misma del intérprete". 

Texto: Tarot, El Arte de Adivinar, Enrique Eskenazi (1978)
Imagen: Iustración de El Libro Rojo, Carl Jung (2009)

jueves, 10 de agosto de 2017

Estropearseotromediante

Ella supone
que él supone
lo que ella había supuesto
a través de las suposiciones
que ambos claramente habían vaticinado
con un candor definitivamente superpuesto 
así como amplificado por la infrahumana gravedad del silencio.


miércoles, 2 de agosto de 2017

Esta cálida incertidumbre

"Algunas presencias resultan bienhechoras por su sola manera de ocupar el espacio. Por el hecho de estar allí, el espacio dejaba de ser neutro. Yo no sé demasiado bien cómo decirlo. En su presencia y en su proximidad siempre experimenté la sensación de que se formaba una especie de círculo que nos envolvía a los dos en un "interior" compartido, algo así como un abrigo".
Jean Toissant Desanti en Historia de la razón, de François Châtelet

     La dicha comienza a vislumbrarse por todos lados. Las caléndulas vuelven a asomar de una maceta en el balcón. Ahora el sueño de aquella noche se hace retrospectivo: los tiburones blancos, naturalmente, no tienen que depredarle a este estado. Mis cabellos se sacaron el paraguas y beben del agua de lluvia, se acomodan al ritmo de una bicicleta que no esquiva el trueno que Zeus no lanza iracundo. Si aprendí bien, en este último tiempo, es que nada tiene que ver el amor con un vértigo irresoluble que a la vez que nos apelmaza la tierra, nos va pudriendo las raíces. Cuando la incertidumbre se me mete en el pecho, ahora me ofrece su costado más atento, el de una cálida admiración que no deja de sorprenderse, de que vendrá un brote de mil alegrías relevante de los mismos colores o aún mejor. Con una delicadeza que se me acurruca entre los pies y me viene a decir como salido de un día de primavera que nos quedemos retozando un rato más.