Iba a llamar, iba a venir.
Alguien lo vio, me atreveré a preguntar.
Y yo cerré el último resquicio,
el más paciente de la puerta.
Andar mendigando aire
es de pobres resignados,
aun conservo las manos para espantar las moscas,
que se vayan a absorber a sus gusanos.
Salí, salí de tu maldita caverna.
No va a aparecer,
y si aparece, que sea bajo la forma de un fantasma,
para que sea imposible de reconocer.
Los conozco bastante bien.
Alguien lo vio, me atreveré a preguntar.
Y yo cerré el último resquicio,
el más paciente de la puerta.
Andar mendigando aire
es de pobres resignados,
aun conservo las manos para espantar las moscas,
que se vayan a absorber a sus gusanos.
Salí, salí de tu maldita caverna.
No va a aparecer,
y si aparece, que sea bajo la forma de un fantasma,
para que sea imposible de reconocer.
Los conozco bastante bien.