El astrónomo, hizo entonces una gran demostración de su descubrimiento en un congreso internacional de astronomía. Pero nadie le creyó por culpa de su vestido. Las personas mayores son así.
Felizmente para la reputación del asteroide B612, un dictador turco obligó a su pueblo, bajo pena de muerte, a vestirse a la europea. El astrónomo repitió una demostración en 1920, con un traje muy elegante. Y esta vez todo el mundo compartió su opinión.
Si os he referido estos detalles acerca del asteroide B612 y si os he confiado su número es por las personas mayores. Las personas mayores aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: «¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas?». En cambio, os preguntan: «¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?». Sólo entonces creen conocerle. Si decís a las personas mayores: «He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo... no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles: «He visto una casa de cien mil francos». Entonces exclamarán: «¡Qué hermosa es!».
Si les decís: «La prueba de que el principito existió es que era encantador, que reía, y que quería un cordero. Querer un cordero es prueba de que existe», se encogerán de hombros y os tratarán como se trata a un niño. Pero si les decís: «El planeta de donde venía el principito es el asteroide B612», entonces os quedarán convencidos y os dejarán tranquilo sin preguntaros más»”.
Si les decís: «La prueba de que el principito existió es que era encantador, que reía, y que quería un cordero. Querer un cordero es prueba de que existe», se encogerán de hombros y os tratarán como se trata a un niño. Pero si les decís: «El planeta de donde venía el principito es el asteroide B612», entonces os quedarán convencidos y os dejarán tranquilo sin preguntaros más»”.
El Principito
Antoine de Saint-Exupèry