domingo, 23 de marzo de 2008

Para No Olvidar: Verdad. Justicia. Memoria.

24 de marzo de 1976.

María Estela Martínez de Perón ("Isabelita"), prácticamente una figura decorativa al frente de la administración general de la Argentina es detenida y trasladada a Neuquén. A partir de ese momento se hacen cargo del gobierno las F.F.A.A., conformando una Junta Militar compuesta por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando Ramón Agosti. Comienza el denominado Proceso de Reorganización Nacional, retomando la doctrina de Seguridad Nacional iniciada por el golpe militar del '66, es decir que los gobiernos ya no serán provisionales sino que se les otorga el carácter de permanentes y su deber es el de salvaguardar la defensa de los intereses.
   Una de las fundamentaciones del Proceso fue la liquidación de la "subversión". Existía un enemigo interno, caracterizado ideológicamente como marxista e integrativo de una conspiración dirigida desde el exterior que tenía por objetivo la toma del poder y la implantación de un orden ajeno a las tradiciones occidentales y cristianas de "nuestro pueblo"; para las F.F.A.A. el país se encontraba inmerso y era parte de una "tercera guerra mundial". En realidad, nunca existió dicha guerra, lo que hubo lisa y llanamente fue un plan sistemático y genocida de Terrorismo de Estado.Es así que los Montoneros (de la izquierda peronista) y el Ejército Revolucionario del Pueblo, de tendencias marxista-trotskystas, que no constituyeron una verdadera amenaza, fueron exterminados. Pero estos grupos armados sólo constituían el caparazón del cuerpo ideológico encapsulado en la universidad, el periodismo, las artes, letras y cultura el país.Censura, auto-censura, desaparecidos, cuyos destinos pocos querían saber muchas veces por miedo, el miedo a saber lo que no debían saber, miedo a no entrar en la categoría de "sospechoso". Reformas al Código Penal con penas que jamás fueron aplicadas porque ningún ciudadano fue juzgado bajo el justo y debido proceso. La economía de Martínez de Hoz basada en un liberalismo depredador, arrasando con el ciudadano común y sólo posiblitando el enriquecimiento de los grupos monopólicos trasnacionales, que encontraron en la especulación financiera el medio para la concreción de créditos en su propio beneficio ("socializar las pérdidas y privatizar las ganancias"). La "plata dulce" de algunos pocos en contraposición con la deuda externa privatizada compartida por todos los habitantes de este país, inflación y desocupación con el correlato del "cuentapropismo". El triunfo del Mundial, en el '78, que relegó la discusión por la política y significó la continuidad del gobierno. La guerra de Malvinas, nacida en el seno de un enfrentamiento por el control del poder en el mismo elenco de las FF.AA. y en la falsa creencia de que Estados Unidos apoyaría al gobierno "contrainsurgente" (barrera comunista), dejando de lado los intereses económicos que la vinculaban fuertemente con la Inglaterra de Margaret Tatcher. Es que la victoria resultaría el afianzamiento del régimen militar. Un final que no tuvo final, al menos en lo inmediato, ya que si bien con la convocatoria a elecciones de 1983 se intentó restaurar la democracia esta vivió al acecho de "carapintadas" y herederos de quienes aseguraron -según consta en su rendición- haber cometido apenas unos "excesos" en sus actos. Leyes de punto final y obediencia debida reafirmadas por los indultos del "caudillo riojano", quien fuera una especie de continuador de la mano de Domingo Cavallo (presidente del Banco Central durante la última dictadura) de las políticas de Martínez de Hoz con la privatización de empresas y flexibilización de las relaciones laborales y buscara esta alineación para obtener el poder. No olvidemos, sin embargo, la creación de la Comisión Nacional sobre Desparición de Personas (CO. NA. DEP), presidida por el escritor Ernesto Sábato, y el informe elaborado por la misma conocido como NUNCA MÁS ("un descenso a los infiernos", calificado por el propio Ernesto Sábato). Una cruda violencia desatada con injustificadas violaciones a los derechos humanos más elementales y los más aberrantes crímenes envolvieron esta etapa de la historia argentina que hace poco tiempo nos atrevemos a decir que estamos intentando superar. No obstante, hay que volver más atrás para encontrar los orígenes de este factor de poder, que logró consolidarse de la mano de muchos gobiernos -algunos de los cuales hasta llegó a desafiar-, que ante la falta de votos recurrieron a ellas en un modo desesperado por mantener o recuperar el orden, "su orden".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Arms wide open ♫