sábado, 24 de noviembre de 2018


Te quiero, aunque termines anteponiendo una palabra fría, que deviene en actos efectivos y coherentes. O hagas aparecer, cual Mago la distancia de varios días, que tienen la facilidad de usar tu varita, para transformarse en semanas. Y entonces la máquina profética en la que se convierte mi cabeza, empieza a imaginar que alguien más gravita ese mientras tanto, que edificas entre ambos dos.
Me quieres, hasta cierto punto. Y a mí me prevalece el sentimiento, de que si no fuese por una iniciativa mía, como-quiera-que-se-llame aquello que nos une, caducaría. ¿Qué tengo que hacer contigo? Y lo fundamental, ¿qué voy a hacer conmigo?



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Arms wide open ♫