Regresará, no se preocupen, una y otra vez a nuestros vulgares y frágiles cuerpos para internarse en la forma de esas cálidas melodías, atravesando los cobertizos de piel, dando vueltas por las mentes, y luego unirse al cofre de tesoros donde nunca descansarán, sino impacientes los creadores de la música más maravillosa que jamás se haya escrito.
Richard Wright, tecladista y fundador de Pink Floyd, quizás fue el miembro más tímido como melancólico de esta banda, lo que no le impidió concebir magníficas composiciones como el grito tan necesario condensado en The great gig in the sky a través del órgano que abre paso a la erupción de Clare Torry. Inolvidables.Rick, como lo conoceremos eternamente, desapareció físicamente el martes pasado. Sin embargo, desde cada disco o melodía tarareada con escaso tino, se sumará al gran concierto en el cielo, o donde sea, por ello: "Shine on you (like Syd), crazy diamond".
"Y no tengo miedo de morir. En cualquier momento, lo haré, yo no me preocupo. ¿Por qué debería tener miedo de morirme? No hay razón para eso. Vos te tenés que ir alguna vez. Yo nunca dije que tenía miedo de morirme".
The great gig in the sky, Pink Floyd.
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