miércoles, 15 de junio de 2016

corro
canto
danzo
medito
escribo
para nada
Y PARA TODO 


domingo, 12 de junio de 2016

Luminares

"Según Jung, yo tenía sueños especialmente difíciles y complicados, de los cuales yo no entendía una sola palabra. Eran verdaderos enigmas chinos sin sentido. Yo llegaba donde Jung con todos esos disparates y con gran esfuerzo, él extraía el significado. A veces tomaba un pañuelo, se secaba la frente y decía: "¿Qué harías si no tuvieras un Jung para entender este sueño tan complicado"?.



Marie Louise von Franz, en "El camino de los sueños. Conversaciones con Marie Louise von Franz", por Boa Fraser.
Ilustra el texto: Filemon, que es para Jung el equivalente de un guía espiritual, aportándole la certidumbre de no estar solo en el inicio de sus investigaciones sobre el inconsciente colectivo.

jueves, 9 de junio de 2016

A verdad, decir

No pensé que podía llegar a desprenderme de su presencia arrobadora.
Es que no estaba en mí, nos habíamos fabricado una torrecita de arena,
ahí aparte.
Aislados hechos de sueños, fantasías y nadas.
No imaginé verme involucrada en el procedimiento quirúrgico de extraer... los retazos de nosotros...
solapados, agazapados, enmarañados, crepitados...
mutilados por nosotros mismos,
de cuando en aquella torre nos desmoronábamos de tanto en tanto...
y yo no sabía dónde comenzaban sus vísceras y dónde terminaban las mías,
y vuelta a construir, a amasar y amoldar la arena,
para terminar acabados y esparcidos por todas partes.
Pero de veras no creí que me atrevería a cruzar esa torre por las escaleras
(... además siempre pensé que él quiso escabullirse por la ventana),
llegar a la puerta sin haber recogido mis cosas
(que ya no sé ni a quién le pertenecen los sentimientos, pensamientos y los sueños)
y empezar a soltar como el tallo se desprende suavemente de sus hojas.

Pero yo no me creía siendo capaz.




El ave migratoria lleva los destinos en sus vuelos
y eso parece ser más importante que todo lo demás.


lunes, 30 de mayo de 2016

Lo que supo ser 
se nos pasó 
como a pleno Sol se nos escurre de los dedos,
la vigencia de lo que soñamos anoche
siendo sólo materia y dominio de aquella Luna 
La paciencia se quebró
y colapsaron las manecillas
que comunicaban nuestros corazones
Fatigadas las palabras,
monopolizaron sus sentidos multívocos
se suicidaron, fue en invierno,
en el hueco de tus manos temblorosas,
como un cúmulo de hojas de otoño se desviste de clorofila
brindando testimonio en algún lugar fugaz,
al costado de la vereda.
Y las tuvo que venir a reciclar algún universo
donde todavía anda marchando alguna aguja
dispuesta a enhebrar la música de la vida
que no reniegue de los silencios fatales.

domingo, 3 de enero de 2016

El Cisne Negro

Dirección: Darren Aronofsky
(sí, sí: el mismísimo encargado de Pi)
Año: 2010


No puede ser más sincronístico este hecho: recibir el año nuevo decidida por curiosidad a mirar la película El cisne negro y destilar en su transcurso las lágrimas que me indicaban que estaba proyectando la médula de mi vida en otro contexto. Que se realiza hasta en el símbolo donde se muestra el intento de una psique desesperada por querer cruzar los límites arrancándose obsesivamente la piel.
Todos siempre supimos la historia: aquella de las hermanas gemelas opuestas de raíz, una que viste de luz y la otra menos conocida porque yace en la sombra, quienes no sólo van a hacerse la idea de entablar diálogo y reconciliarse, además van a tener que recrear el matrimonio sagrado: fundirse explícitamente para dar lugar a una mayor integridad, como cuando el principio femenino y masculino se sintetizan en un un nuevo ser...
Aunque para atravesar el proceso tengamos que ponernos de rodillas ante la crudeza de los modos con los cuales suele irrumpir nuestra Sombra, o Cisne Negro quien viene a quebrantarnos los cimientos de una estructura uniformemente sostenida, rígidamente mecánica y previsiblemente preparada. Como cuando encarnando el papel del Hades griego nuestro Señor de los Muertos arrebató a la doncella Perséfone de su perpetuo confinamiento en el útero de su polarizada madre. Donde es la fuerza del deseo, de la espontaneidad, de la astucia, de animarse a correr y a pedalear riesgos, de la sensualidad, de las sinuosidades, de la liberación, que vuelven a dar curso a la fluidez de la creatividad, de LA VIDA, porque nada podía latir allí donde nada entraba en movimiento. Con la templanza de saber que cuando nos decidamos a salir a la escena como Cisne Blanco lo haremos perfectamente renovados.
Dice Liz Greene que "en el seno de la psique hay un impulso hacia el crecimiento, que exige un cambio constante de aquellas formas mediante las cuales aquél se realiza. Lo quiera o no, el individuo debe crecer, y el ciclo del crecimiento incluye necesariamente un período de muerte, decadencia, nueva germinación, gestación y nuevo nacimiento. En la totalidad de la naturaleza se confirma este principio".