lunes, 30 de mayo de 2016

Lo que supo ser 
se nos pasó 
como a pleno Sol se nos escurre de los dedos,
la vigencia de lo que soñamos anoche
siendo sólo materia y dominio de aquella Luna 
La paciencia se quebró
y colapsaron las manecillas
que comunicaban nuestros corazones
Fatigadas las palabras,
monopolizaron sus sentidos multívocos
se suicidaron, fue en invierno,
en el hueco de tus manos temblorosas,
como un cúmulo de hojas de otoño se desviste de clorofila
brindando testimonio en algún lugar fugaz,
al costado de la vereda.
Y las tuvo que venir a reciclar algún universo
donde todavía anda marchando alguna aguja
dispuesta a enhebrar la música de la vida
que no reniegue de los silencios fatales.