martes, 12 de noviembre de 2013

La recompensa de los temibles curiosos

     Dicen que los investigadores audaces no desdeñan de ninguna fuente, tal vez porque persisten en la creencia de que cualquier sitio en la ciudad puede albergar la pista más imprevista, mientras uno anda recopilando boletos de colectivo para luego descartarlos en su casa como ignorante inmutable. Así que menudo pretexto se otorgan estos exploradores de lo desapercibido para salir a curiosear como gatito con dos hocicos. Y huele allí, huele acá... algún estudiante de Psicología había decidido que su material de estudio de DPC muy útil había sido, muy detallado, muuuy apropiado para darse un empacho freudiano... pero el mismo ya había cumplido la mayoría de edad (databa de 2008) y como el susodicho universitario apenas era nostálgico o estaba empezando a poner en práctica el desapego "zen", resolvió dejar la patria potestad de sus retoños en manos de otros adoptantes ¡¡¡y a plena vista de los merodeadores curiosos!!!

     Frente a mí, junto al contenedor de basura destinado a la cuadra estaban cuando salí de casa. A decir verdad, fue aquella expresión enojadizo-canchera de Segismundo la que me tentó, ésa cuya muestra aparece en cuanto googleás "Freud" en el buscador de imágenes. Sí, donde además te apunta con un habano: "o me decís sin censura todo lo que se te ocurra o te quemo todo"... No puede menos que convocarte esa postura, aunque más no sea para amagar a convencerle: "che, desfruncite, ¿o acaso tenés 'un Edipo' no resuelto?", "peeero... alegrate un poco, que te va a hacer bien y quién sabe si no te evita una neurosis, al menos te ahorrás el psicólogo". Bueno... dejando los chistes a un lado por el momento, que el asunto se pone serio porque venía escribiendo que estaban bien sensuales los apuntes de DPC ante mis ojos y yo todavía tenía que rendir el examen final de esa materia y además, quién sabe si no estarían interesantes, y una lectura no hace mal, y yo canté primero... y etcétera. De manera que mi mirada fulminante ya se había paseado a mi alrededor anunciando que los apuntes eran míos, como para ir desestimando giles. Mi cuerpo venía a ser el cebo y el inconsciente irrefrenable echaba rienda suelta a capturar el material de estudio. Aplicando su teoría se conquista a la presa, me habían enseñado... o algo así. Ahora podía estar segura, me apresté a calcular mis movimientos, dibujé un trotecito de tres pasos y me abalancé heroica sobre la pila de hojas de DPC cuidadosamente acomodada dentro de un folio de los gruesos, el cual yacía sobre una caja. ¡Lo había logrado!, si hasta tenía a la música triunfal de Rocky tarareando en mi cabeza.

     Sin embargo, mi trotecito de tres pasos había sido lo suficientemente torpe como para empujar y echar por pavimento material de estudio de otras materias, que al parecer todo el tiempo durante el cual la mirada del viejo Segismundo me cautivó, también había esperado recostado sobre la caja. El hecho fue que no pude rescatarlos de la mugre citadina circundante y allí quedaron a la espera de otros estudiantes adoptivos. ¿Se puede creer que este texto había sido imaginado para servirle de introducción a lo que en realidad quería transmitir? Ay, ay, ay... las vueltas de Clarisa.

Con nosotros... la foto

4 comentarios:

  1. El arte de las introducciones.
    Esa es también una materia Clarisa.
    Pero acá en Montevideo...las introducciones pueden ser kilométricas.
    Y está bueno, te digo.
    Bueno , todo esto era para decirte que en verdad;
    me siento identificado.
    Me gusta recilar. Hoy, justamente, esta noche,
    me traje unos cuadritos de esos que se aplican láminas sobre vidrio y se unen con un clip de esos duritos de oficina.
    Tres eran uno de un flaco tocando la guitarra, sano el vidrio, que no llegué a ver.
    Uno de hecho a bolígrafo Bic verde y así, de La Negra Sosa, Charly y Mestre.
    Vidrio roto. Y uno más que tampoco llegué a ver, más que..que el vidrio estuviese sano.
    Contenedor de basura francés, (lo que tenemos la suerte de haber traído de Europa, como costumbre ordenada y civilizada de tirar los residuos, para una ciudad plagada de gente consumista y mugrienta que piensa que hay lugar para la basura y siempre habrá uno, afuera de mi casa)
    Bueno, cuando llegué miré.
    El de la Negra Sosa estaba roto , lo descarté.
    El chiquito sano , el tercero...era de ....
    la Coca Cola damas y caballeros!!!!
    ¿Quién puede tener eso en la casa?
    puf!
    y el otro...era el del flaco tocando la guitarra...
    miro bien...y era con banda en vivo la foto.
    Era...
    Fito Páez en su mejor momento Ey!!!
    Foto casera sin duda.
    Rosarino.
    Justito
    justito.
    Ahora vengo te leo a vos y me digo..Chan!
    Era la bolilla que faltaba.

    Besote!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. faltaron unos parientes y hay unas fé de erratas.
      Pero bue...
      espero que se entienda igual.
      La pasión lo impidió.

      Eliminar
    2. ¡Mirá vos, qué justito!... sincronicidad, diría el doc Jung ;)

      Es increíble cómo muchas veces lo que puede ser desecho para alguien, puede significar un tesoro para otra persona, y preparado por ése mismo que consideró deshacerse de él. Bueno... es este el momento en el cual tengo que darme cuenta de que estoy empezando a divagar jaja, así que me retiro no sin antes darte un muchas gracias por haber dejado inscrita tu ańecdota, hubo una fe de emoción musicófila, me alegra constatarlo :)

      Besos.

      Eliminar
    3. yo también tengo una fe de erratas: se dice y escribe emoción "melómana"... me parecía que había una palabra más adecuada jaja.

      Eliminar

Arms wide open ♫