viernes, 21 de diciembre de 2012

Gracias a un corte de electricidad...

     recuperé a un castaño compañero. La lluvia ya no era amena, derramaba las gotas como golpes que azotaban. La lluvia velaba la noche con ininterrumpido estrépito. La radio casi nunca suele sentarse a mi lado, menos en estos días de ausencias. Así fue que me sentí inducida a dirigirme hacia el rincón que forman mi cama y el equipo de música. Allí estaba, obturado, pequeño expulsado de mi mirada. Lo rescaté del polvillo en el que estaban sumergidas sus vestiduras. Lo desnudé lentamente, temía hacerle daño, más de lo que ya había causado el paso del tiempo. Pero su piel llevaba la misma delicadeza de aquellos años que guardaron mis recuerdos. Suspendidos, supo que volvía a ser yo. Nos apoyamos sobre la cama, tomé su cuerpo y cuidadosamente lo acomodé sobre mí. Rezumaba el aroma que esperaba encontrar. Sabía a madera encantada y clara. Transmitía el hechizo de algún bosque lejano donde existen duendes y sabios. Me animé a improvisar. Aunque creo que le despeiné las cuerdas. Se puede entrever un arrullo de algún lago surcando esas pobladas tierras mientras lo arreglo un poco. Un momento... necesito una canción que conmemore esta noche de oscuro encandilamiento. Me bañaré en el lago, ya que la brisa en las manos se siente bien. Me dejaré llevar, ya que él me ha arrastrado hasta ahí. Nunca podría haberme conducido hasta ahí bajo el dominio de mi voluntad, él me ha llamado indudablemente. Me susurró en el aire algo así como: "vení, aunque sea mordé acordes de mí y arrojáselos a la noche inquieta que truena los sueños. Dale, vení que se quiere quedar hasta mañana y jugar a nublarle la vista al Sol". Trato hecho, intentemos remediar con un poco de memoria el presente inundado. Disfrutemos el intento, mirá que puede mojarse también. Qué calidez fue que hablase él primero antes de que yo consiguiera hacerle decir unas notas... demás está escribir que demoré bastante rato en poder hacerlo. Como sea, se ingenia para no hacerme desafinar tanto y despejarme del tumulto, del barullo, del ruido a agua o a gente insomne que desde el anonimato de los edificios se atreve a desgarrar la noche a gritos. Con sólo los dos acordes que componen Songbird me sacó una gran sonrisa, de encías asomadas, pero es más que eso... instrumento querido, guitarra.

  

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Arms wide open ♫