viernes, 6 de mayo de 2011

"Doctor Saturno, dame un turno..."

   Coloquémonos en la siguiente hipótesis, ya que forma parte de nuestra cotidianeidad que además de los médicos titulados las inquisidoras vecinitas que patrullan nuestro dulce hogar, al indagar sobre nuestros hábitos, también nos insistan en que deberíamos dormir 8 horas continuas al día, durante la noche, claro, pues de este modo, rendiremos mejor al día siguiente...  Por otro lado, desde la mañana hasta la noche debemos nutrirnos de 4 comidas principales, consistiendo éstas en desayuno, almuerzo, merienda y cena, agregando colaciones entre éstas, sobre todo si transcurre bastante tiempo hasta la siguiente ingesta... es de vital importancia que mastiquemos  y esto no es todo, porque además en nuestra dieta debemos incluir fibras provenientes de vegetales y frutas, así que no sólo deberíamos hacer lugar en nuestra agenda para un postre, sino que cabe la posibilidad y  debemos considerar seriamente esa posibilidad de que en algún momento surjan incontenibles ganas de "desalojar a estos inquilinos", y este deseo, por supuesto debe ser espontáneo e inminente, no vaya a ser que no contemos con espacio apropiado y debamos inducir esas ganas mediante alguna que otra trampita envasada.
   Aun más, no bastando con nuestras necesidades básicas, se nos aconseja también, siempre bajo un tono sutil y expiatorio que suele ser acompañado nuevamente con el modal deberíamos, que elijamos entre los diferentes dolores de articulaciones cuál nos gusta más, para hacernos sentir mejor, seguramente, podemos eludir esta aclaración... o quizás pertenezcamos a la especie de aquellos a quienes nos gusta correr sin rumbo definido, colaborando con el sudor al menos 3 veces cada semana. Ahora bien, después, casi mascullando  y ocultando su participación en esto, nos cuentan que también es recomendable caminar 30 minutos al día, para mejorar la circulación, y que incluso equivale a un ejercicio físico aeróbico, obviamente sin detenerse, aunque nos cuesten un par de bocinazos y algún que otro dedo del pie... pero todo sea por esa circulación, amén.
   Por supuesto, no te olvides de guardar entre tus papeles y junto a tus biromes el cepillo de dientes y su correspondiente dentífrico porque como enseña la frase célebre de los odontólogos, hay que cepillárselos después de cada comida, o masticación, según los ortodoxos... y no quedan absueltos ni los bebedores compulsivos de café, porque el dentista también forma parte del club salud y es todo un perito en las huellas dentales.
   ¡Cómo si sólo de matemática viviera el ser humano! Acaso me pregunto: -¿cuándo queda tiempo para uno?
"El hígado crece,
el cerebro envejece,
y hay algo muy raro en mi plato..."
Doctor Saturno, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

Imagen: Mafalda, de Quino.

3 comentarios:

  1. Hey, me parece muy interesante lo que escribiste, me he encontrado en la situación en la que tengo tanto que hacer que ni siquiera recuerdo cuando fue mi última comida, y también he estado tan tranquila... que pierdo la cuenta de las horas que he dormido.

    ResponderEliminar
  2. Sí, no sólo las grasas vienen saturadas.

    Un beso :)

    ResponderEliminar
  3. Te amo princesa de mi cuento, ate extraño en mis brazos, suerte con tu obra y nos vemos pronto. besos.

    ResponderEliminar

Arms wide open ♫