domingo, 15 de abril de 2018

Sin ambages



Recortando ahora y vuelta a coser toda la tela de mi romanticismo fundamental, al que quizás mandado a exponerse en su condensación narrativa se le hayan superpuesto algunos significantes, lo que estrictamente quiero decir ya lo cantó bien directamente (en un delirio de claridad) Lacan: "no todos los días encontramos lo que está hecho, de tal modo que pueda brindarnos justo la imagen de nuestro deseo". Y eso importa atribuirme el derecho a sacralizar la implicación de la experiencia. Nada hay de banal en el encuentro con una misma. En nada hay que quitarle el valor a la persona que contribuyó a despertar o crear esa magnitud de sensaciones, aún cuando en última instancia no vaya a responderme puntada a puntada en la consumación del deseo.


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