jueves, 12 de enero de 2017

Memorias

Una persona se acordó de mí.
Me rastreó como se buscan hoy día las personas, por Facebook.
Resulta que durante diez años se había guardado como una fotografía (de ésas en las que uno sale favorecido), una magnitud de detalles que yo ni siquiera imaginaba que alguna vez hubieran acontecido.
Los trajo nuevamente a la existencia con sus palabras.
Y yo seguía inconexa, sin conseguir registrar mi compañerismo.
Sólo un tímido paseo cargado de apuntes, hasta Pellegrini.
Pero aún así surtieron efecto y sin importar por qué, sentí sus memorias como un abrazo mullido de afecto.

lunes, 9 de enero de 2017

Mosquito

Que un mosquito ose posarse sobre una de mis gambas (al ajillo) vaya y pase. Pero que este zancudo se atreva a meterse en mi taza de vino es inadmisible.
Ah, y por si las moscas, también es inaceptable que alguien venga a criticarme por haberme servido el tinto en una taza.
¡Al gran pueblo argentino, salud!


 

Vehemencia

es una palabra que adecuadamente podría calzarme más a menudo
porque me arde no sé si de dentro hacia afuera o viceversa
o ya no importa más que sólo el hecho de que sé que me sienta bien
porque me ilumina las mejillas con el color del fuego
pero de una tonalidad bien distinta a la de la vergüenza
y me gusta porque zozobra, sacude y se atiza en una risa resonante
entusiasmo descubierto que alojaré cuidadosamente en un cuenco 
al amparo de las pródigas alas de Mercurio
 para que nunca jamás se opaque

jueves, 29 de diciembre de 2016

No te puedo, no te quiero, no te voy

No te puedo odiar a pesar de, lo que mi mente interpreta, como desaires.
Porque no es justo, que yo mida así la realidad.
No te puedo querer menos. 
Que yo quererte quiero, con el mismo amor con el que arriban tus aproximaciones.
No te quiero odiar porque cuando empiezas a hablar, tu boca engulle todos mis sentimientos hostiles y acaba con la ira apelmazada.
Y eso que me llevás no sé adónde pero con toda la paz.

No te voy a odiar porque siento que te amo. 

domingo, 18 de diciembre de 2016

Lo único que importa


Se me han escapado las ganas, la fuerza y la voluntad
de tener ganas de algo
y eso me mantiene en vilo

Ya no me concierne si te vas a la mierda
o si de sopetón la mierda decide devolverte
y retomás el circuito de desandar tus pasos erráticos

La libido, Eros, la pasión
o comoquiera decida llamársele
ha vuelto a acariciar mi cuerpo
y ahora es lo único que importa