domingo, 10 de noviembre de 2013

La semana saludable

Ayer, mientras viajábamos en colectivo mi mamá me comentó...
- Esta semana en el hospital (el Roque Sáenz Peña, donde ella trabaja) vamos a tener "la semana saludable".
- ¡Caray! - exclamé perpleja (creo que jamás de los jamases había usado esa expresión). ¿Les van a enseñar a alimentarse?
- No - me respondió. A quien quiera, lo van a pesar, le van a medir la presión y a calcularle la masa corporal.
- ¡Ah, entonces los van a asustar!

  

jueves, 7 de noviembre de 2013

Prendimi l'anima

Te doy mi alma
Roberto Faenza
2002

-Sabina
-Loca linda.
-Ánima. 
-Guardiana del alma. 

    A veces queremos ser escuchados sin más, sin que nos antepongan prejuicios ni nos finalicen con juicios. Y qué más decir, inevitablemente que amamos a quien nos religa, que nos hace sentir parte y todo.
    La película comienza cuando una joven, emparentada con Sabina Spielrein, trata reconstruir su historia con la ayuda de un historiador que se aparece durante su búsqueda.
    Así, a partir de la lectura de textos y cartas, y la visita a lugares decisivos se vuelven a levantar los escenarios de los sucesos que unieron a Carl Jung con su primera paciente, Sabina.
    Me pareció excelente la Sabina que devolvió a la vida la actriz Emilia Fox, es exquisita en sus detalles y en verdad enamora, esta mujer que al parecer tenía algunas ideas sobre la reforma a este sistema que oprime e inhibe a tantos niños en nombre de la educación.

Tumbala Tumbala Tumbalalaika


Gracias a Luis Alves (You Tube) por el video

viernes, 1 de noviembre de 2013

Todavía una A encerrada en un círculo

     Pero qué ingenuidad que se aleja del anarquismo ésta de sentarme a pedirle favores a la democracia a través de un blog del montón... peco de delirios de grandeza y no me falta mucho diámetro para caber en lo patético como en otras ocasiones. Esta clase de comportamiento de mi parte alude a una actitud que creía haber soltado y hasta revertido, de dejar de buscar las fallas en lo ajeno y tratar de reconocerlas en lo propio, o al menos ser un poco más equilibrada cuando subo a la balanza. Lo que rescato de ese párrafo sí, es que fui/soy irresponsable durante la votación. Cuando podría haber expresado mi voluntad, no tan tranquilamente, claro porque desde los medios oficiales se habían encargado de desestimar a todo aquel que quisiera maratónicamente abstenerse del acto electoral poniéndole a su falta el comedido precio de 150 pesos en multa. Sin embargo, aún así soy irresponsable porque todavía disponía de una atribución a mi favor, la de poder anular mi voto como lo había hecho en el primer estadio electoral. Cuántas veces he pensado "si todos anularíamos nuestro voto, no podría asumir nadie", se evidenciaría una resistencia... Sigue siendo decepcionante tener que concurrir obligada a un acto que debería ser tan importante para mí como ciudadana, y ante el cual ya no tengo ninguna expectativa. Pero si algo he aprendido es a dejarme de pretensiones y "ver el vaso medio lleno". Por eso como arrepentirme no cambiará en nada lo acaecido, tampoco tendrá ningún sentido hacerlo. Las resistencias pueden comenzar a labrarse por otras partes.     

martes, 29 de octubre de 2013

Aprendiz de humana

Hoy mientras caminaba, descubrí
que las cosquillas en mi brazo
procedían de un atajo
que tendí espontáneamente
a un pequeño escarabajo,
quien se sirvió de mí como humana.

domingo, 27 de octubre de 2013

Una A encerrada en un círculo

     Me despierto una mañana, cuya calma deja entrever domingo al tiempo que un noticiario que me llega a través de un aparato de radio aledaño la tacha de renovación de cargos políticos. Me levanto. Aquello no deja de extrañarme. Procuro extender mis brazos hacia ambos lados, separo mis piernas a breve distancia y entonces se reafirma. Sé que hoy no puedo ser otra cosa más que una letra encerrada en un círculo. Una A por elección en el sostenido intento de tender a escapar y tratar de expandir su esfera, no para evadirse, porque lo que quiere en realidad es libertarse un poco más. Pero también es una A la que quisiera pedirle a esta democracia enclenque algo simple y puntual, que algún día pueda transmutar este deber de asistir a donde no me llaman en derecho de concurrir a donde quiero conducirme. Porque cabe decir que lo que me motivó a introducir esas papeletas en aquellos sobres fue un descarte, razón por la cual mis votos se cantaron falsos y por ende, todo mi cometido fue irresponsable. Este pedido va sobre todo por ella, para que pueda sincerarse consigo misma, porque sus representantes no dejan de regresar para abusar de los colores y someter a las palabras, para manchar desde nuestros recuerdos hasta nuestras utopías, con la indeleble excusa de pretender cambiar las cosas.