jueves, 9 de julio de 2009

The Gutter Twins

    Con reminisencias a una sesión del Mtv unplugged, entre los bastidores de La Trastienda de Buenos Aires, el 7 de julio un público más multitudinario del que presentía ya aguardaba disperso alrededor de las mesas cuando recién terminaba de prepararse el escenario. No soy inmune a la gripe A, como tampoco invulnerable a la visita de Mark Lanegan y Greg Dulli, y sabía que esa noche no iba a ser mundana.
    A unos minutos de las 21 (aunque no puedo estimar cuántos debido a la parálisis de mi reloj) se pudo ver, a unos pocos metros al dúo, secundado por el muy buen guitarrista y también vocalista Dave Rosser, que acompaña a Dulli en los Twilight Singers. Los bailes y descensos de las luces violetas y amarillas marcaron el inicio para los psicodélicos The body, God's children y The stations, todos de su disco Saturnalia, editado el año pasado y a su vez motor alegado junto al también suyo EP Adorata para remontar en el tiempo a través de un pasaje musical guiado por algo de folk y country, de modo que no fuera tan abrupta la llegada a los más recónditos paisajes del grunge que lo emergió al hito en los Screaming Trees. Agradables melodías inspiradas de la guitarra de Dulli, y su dulce (que no empalaga) y cálida voz (aunque a veces incurrió en la desmesura de lo suspirante), completadas con los propios sonidos de un grato trabajo de Rosser en las que se acomodó, si bien tímidamente al principio, Lanegan fue surcando y desplegando en este contraste genial asimismo misterioso, la versatilidad que lo caracteriza. Nitidez impecable la del sonido, cabe resaltar. Así comenzó la insondable y exótica travesía, desde el teclado dominador de Dulli, para los atornillados espectadores, quienes, salvo por una breve interrupción de un pequeño grupo de las clásicas fervorosas y enardecidas groupies, y un nimio coqueteo que atisbé más como un gesto complaciente y gracioso en respuesta de Lanegan nos hundimos (gracias a las sillas muy cómodas, también, claro) en la cavernosa e inquebrantable serenidad llevada por Mark sobre la cual satisface reposar, que se paseó por el folk y el blues de sus trabajos realizados mientras intercalaba en las participaciones con Mad Season y Queens Of The Stone Age. Porque dio en la clave, encandilado el trío, ante las luces ahora de color amarillo brillante, promediando el desafío planteado con Dulli de reinventar la lírica donde se dio también ese intercambio generacional: un círculo íntimo ya amigable, pues habían conseguido tal fijeza en la atención de los concurrentes que cualquier tema se insertaría por sí mismo. Sonaron entonces algunos temas de Afghan Wighs, el pasado de Dulli, se animaron a algunos covers y no fue sino luego del amague tradicional de los músicos de simular irse, ante la percepción espectadora de que es muy temprano aun, y provocar el inmediato aplauso que no cesa hasta verlos aparecer nuevamente. Fue así que el gran clásico Dollar bill quedó reservado para el final, llevándose los coros, no sólo del que con afán de lucirse y pasar por experto se aprende todas y cada una de las canciones de memoria, sino en demasía de los eternos e imprescindibles noventeros.
    A partir de un proyecto apenas difundido en el país Internet mediante, The Gutter Twins lograron reunir y captar a muchos visitantes con un show intimista durante una fugaz hora y veinte aproximada sin los bullicios ni excesos de la festividad Saturnalia romana -celebradas en honor al dios Saturno y de cuyo origen proviene la celebración navideña de diciembre-, músicos que a la inversa no necesitan de la parafernalia tradicional desatada en torno a muchos artistas actuales de rock, ya que acústicamente transmiten su esencia. Un atajo perdido para quienes se atreven a salirse por un rato del camino habitual.






Estamos todos en la alcantarilla, pero algunos miramos las estrellas
Oscar Wilde (1854-1900), autor irlandés.

miércoles, 1 de julio de 2009

Asepsia democrática

Mi estado trasunta desde el domingo nocturno de un disconformismo desvaído a una aceptación por inercia de que la sociedad está tan sólo a una letra de la suciedad.
Algún lector cortazariano diría que podría ser la solitaria de Casa tomada, donde un desalojo implícito me da los indicios de que ya no se puede formar parte.
La inexpresión de mi cara lo confirma.
Ni un lavaje de estómago acabaría por excretar los algodones mal puestos con textura de nube, pero salpicados de tierra mojada. Barbijos para sus bocas, peligrosa su saliva, qué palabras habrá de segregar.
Sin embargo, me atemorizan más sus manos-tenazas libertinas, prolongaciones de una gran cabeza de cuerpo raquítico.

Escrito luego de la elección política del 28-06-2009

domingo, 28 de junio de 2009

De "buitres" o especímenes infames de la sociedad

    Comenzó diciendo transcurrida ya la mitad de la clase del mediodía del jueves, un día antes de la suspensión de clases en la facultad: "Después de rezar el padre nuestro, el ave maría, apréndanse los efectos de las obligaciones". Revolución sorpresiva de todos los santos en mi estómago hereje durante pleno proceso de digestión.
    A continuación, luego de la muestra de fundamentalismo católico, remató: "ustedes tienen que estudiar las obligaciones (como también se llama a la materia Derecho Civil II) porque gracias a ellas van a ganar plata, ¡y miren qué incentivo, eh!", se ensalzaba con vítores el titular adjunto de la materia mientras se le desorbitaban los ojos y parecía escapársele la lengua serpenteante ante las sonrisas cómplices de la audiencia estudiantil, que festejaba su gracia.
    No soy afable a las generalizaciones porque siempre existe un margen de error (paradójicamente esta es una generalización) mayor o menor. Sin embargo, soy consciente de que este es el pensamiento-prejuicio de gran parte de la sociedad, incluyendo a los estudiantes de esta carrera, ya sea que concurran a la facultad privada o a la estatal. Y hay quienes lo manifiestan y quienes prefieren callarse. Es la postura de los últimos la que más rabia me da, los tibios los llamo, quienes adoptan un pragmatismo absoluto; a decir verdad, los ultradefinidos
me caen mejor.
    En ese momento, formé parte del grupo de los que tienen una actitud contemplativa asumida cuando debería haber interrumpido la diatriba del santo recaudador
preferí minimizar el asunto, así como tantas veces nos convertimos en asfalto sobre los cuales, tipos que por el hecho de que se han devorado una cantidad inaudita de libros, fortifiquen su omnipotencia de dioses terrenales.
    De nada hubiese valido mi intervención, obviamente, probablemente hubiese obtenido alguna mirada irritante (cuando no un reproche) por parte del señor, y provocado un murmullo en la tranquilidad de la clase.
    Sin embargo, estos profesionales son producto de la sociedad, de ella se alimentan en cuanto más incivilizada, más necesario es su trabajo, y la mentalidad de muchos carroñeros se disemina también a medida que aumentan los perjuicios, aunque honestamente deshonestidad no es extraña a ningún trabajo.
    Lo que sí es grave es que los docentes y sus colaboradores de cátedra -sobre todo de una facultad estatal- transmitan ese pensamiento no digno de ejemplaridad, si bien es legítima su libertad de expresión y la destaco pues pienso que si una persona cree con firmeza y determinación en algo, lo menos que puede hacer es defender su postura, pero en este caso va más allá en el sentido de que no se trata tampoco de un tema que atañe a la materia para discutir libremente en clase, es sólo una opinión personal de un docente sobre una posible salida laboral que puede ser o no compartida.

viernes, 12 de junio de 2009

Ella, y la insoportable fragilidad del ser


Ella quería despojarse de sus botas, pequeño tugurio, hasta las más finas medias le asfixiaban los pies. Dibujar con pulsión figuras, aunque palpables sólo para sí, indefinidas en el colchón bajo las sábanas tersas de defunción otoñal, sin que el ensueño las lastime a causa de las uñas descuidadas... y rojizas.
Darle sombra al tamborileo sin sentido, machucar la pasividad graciosa que poco tienen de uvas dulces cuando mascullamos y tragamos mal la promiscuidad parlante.
Quería lo que no era, y no la soltaba, no la soltaba. No podía...
Un caldo cálido, o tal vez, desde otra nariz de punta invernal, hurgando en las precariedades de un viente tibio y genuflexo, un alimento que susurrase desde el pecho. Desde la insoportable fragilidad del ser. 


A la imagen la tomé prestada del blog de Winterchaos. Gracias a él.

jueves, 4 de junio de 2009

Superlógico... ¿sí?

   No quiero compartir el mundo con tipos como éstos, dan ganas de estar muerto antes que intentar sobrevivir del mismo aire que ellos, se me revuelve el estómago al pensarlo.
   Me resistía a pronunciarme sobre ellos, si da igual, saquemos las palas y enterrémolos, otros nos ganarán raudamente. A alguien necesitamos, es una especie de simbiosis nomás que la mayoría de nosotros hospedantes tácitos y complacientes: de entre las raíces otros excavarán, a salvo, suplicantes necios: despertarán en otras placas, mas serán ellos con su lengua rancia y sus cerebros podridos. ¿Cuánta responsabilidad nos cabe?
Observen la sonrisa macabra de Germano, diputado electo por el bloque Santa Fe Federal.
Era reacia a publicar la foto también, pero cuando los que miran desde arriba en la cúpula imantada de alquitrán, o no tan lejos, ya desde tiempos en que eran iguales entre ellos. Portadores de desidia con derecho (abusivo) a la entrada en calles de tierra junto a aquellos penosos ilusos súbditos a las órdenes del jerarca de plástico mayor, cuyas manos rozaban la ternura sobre las pequeñas cabecitas redondas, y con bastante cantidad de cuadradas, invitadas de lujo a la fiesta de los '90 ahora se acuerdan de la falta de inversiones en forma de impuestos. La miseria más cruda repartida en un único mapa; de la educación, la palabra inundada y aulas vacías nada más.
    Por última vez surge la pregunta de la responsabilidad, ahora bifurcada, ¿dolosa?, esto puede llamarse legitimación insolente, ¿o culposa?, un alzheimer pavoroso.
    Acuérdense cuando el humo isleño les ponga como virulanas el cabello, del proyecto del gran senador.

Fotografía tomada del blog http://elblogdeabby.blogspot.com/