lunes, 2 de febrero de 2009

Besos por celular... y ahora también, por Facebook

   ¿Libro de cara? "De qué estás hablando, Willis?" Es una especie de gente que busca gente (si Franco Bagnato nos presta el nombre de su programa y nos permite la analogía), pero virtual. Con sólo teclear el nombre y apellido de la persona que buscamos, lo encuentra al instante (si está registrado, los milagros no existen). ¡Hágalo ud. mismo!
   Sin embargo, también puede definirse como un fotolog más restringido, donde el creador tiene que confirmar a quienes serán sus futuros amigos para que ellos puedan tener acceso tanto a sus fotos como a su perfil y a su muro, el lugar sagrado donde los visitantes dejarán su huella "muro a muro". Pero hay que tener cuidado de que el incremento de amigos sea de tal magnitud que pasemos a tener fans, estos intimiden a nuestro ego y se nos caiga la vanidad por un rato. No es broma, esto existe: hace unas semanas el intendente de la ciudad, ing. Miguel Ángel Lifschitz, fue víctima de esa experiencia y... vivió para contarlo... y para pedir que le restauraran la categoría original, así podía seguir teniendo amigos nuevamente para felicidad y tranquilidad de todos (léase conservación de su impecable sonrisa siempre lista para la foto, claro).
   Ahora vamos a lo realmente importante (remarcado en negrita, sí). No se ofendan, bookers (anotar denominación de nueva tribu), no los traté de floggers... si el Facebook nos ofrece una gran variedad de herramientas, como las que detallo a continuación.
   Me pueden cumplir el sueño de tener la mascotita virtual que nunca tuve, y para que no se aburra la llevamos de visita con las mascotas de nuestros amigos.
   También ahora es posible mandarle el abrazo a esa persona que nunca nos animamos ¡y con la que nunca hablamos personalmente! ¡O hasta secuestrarla!
   ¿Y quién dijo que no podemos probar nuestros conocimientos acerca de música, con sólo responder preguntas sobre los nombres de los integrantes de los Beatles ya seremos una biblioteca musical. ¡Sorprendente!
   ¿Qué tal si nos hacemos fans de la pizza o del emoticon ¬¬ ? No, mejor creamos un grupo: "Amo que en invierno haga calor y en verano esté fresquito" (para mayor información sobre cuestiones climatológicas, recurrir a Maldición, va a ser un día hermoso, en este blog) y hasta ellos mismos reconozcan que es sólo por diversión, sin demasiado sentido.
   Pero no podemos dejar de advertirle lo siguiente: ud. no ha explotado el libro de cara al máximo sino hasta que no hace un uso asiduo del mensaje de estado. Mediante el mismo uno puede informarse de lo que estaban haciendo sus amigos la última vez que actualizaron su Facebook y no dejará de tentarse con la mayor cantidad de pavadas que alguna vez haya leído, es incluso más volátil que el mensaje que se deja en el msn.
   Dedicado a los que protagonizan algún que otro episodio de nostalgia, preguntándose por qué dejaron de ver a tanta gente y ahora quieren encontrarla por distintas razones, en vistas de declararle su amor, ahora que ya no somos chiquilines... ¡y cuánto hemos cambiado!, o para reclamar algún libro o disco cuya desaparición siempre se la habíamos atribuido a los duendes que merodean la casa. ¿Entonces qué está esperando? A memorizar todos los conceptos nuevos, por favor, y no perderse por las vías de la comunicación que la que suscribe este blog ya está haciendo incursiones en este nuevo chiche de la tecnología.

"... que ayer no es hoy, que hoy es hoy,
y que no soy actor de lo que fui".
Spaghetti del rock, Divididos.


Nota de la autora: por cuestiones que quizás luego se explayen en este blog, la autora ha renunciado a su cuenta de Facebook. Abandonando este estilo discursivo en tercera persona riquelmístico, saluda atentamente hasta otra próxima entrada.  

lunes, 19 de enero de 2009

"El Zumba se colgó del bondi a Finisterre..."

   Nos ubicamos en nuestros respectivos asientos y tras recibir un amable saludo (tradúzcase: subí y dame el pasaje rápido, nene/a) del chofer, llega con andar arrepentido y cabizbajo el vendedor de tarjetas, y hasta que no se acerca lo suficiente y nos sentamos en el asiento correcto, salvándonos de lidiar con alguno que se abrochó a su asiento, afirmando y reafirmando que le pertenece; moraleja para el terco aquel: todos los asientos son iguales, salvo que exista alguna diferenciación por precio.
    Volviendo al vendedor, que ya hace rato está parado justo a nuestro lado y nos muestra entusiasmado su popurrí de tarjetas, no me decido a comprarle porque estas suelen ser de amor y traen impresas frases como "No puedo vivir sin vos sin no estar triste". ¡Un balde de agua para el empalago de cursilería, por favor! Me pregunto: ¿por qué no venden calendarios? Yo ya me pierdo entre los días, necesito uno urgente.
    No terminamos de acomodarnos y ya empieza el que nunca pudo expresarse en el vientre materno a dar patadones que cree que lo colocarán en el próximo Mundial... ¡de karate! Contrario a lo que se cree, no son pequeñas bestias las que propician estos golpes, hay unos cuantos trancos que también merecen el escrache.
Imagen que ilustra la portada del recomendable disco Yield, de Pearl Jam.
    Y por si esto fuera poco, cuando algunos inclinan hacia atrás el asiento (y de paso nos machacan la cabeza cuando buscamos algo en el bolso), dispuestos a tomar un descansito, comienza a escucharse música que nunca coincide con la que nos gusta a todo volumen de su Ipod... "¿Ipod-és bajar un poco el volumen?", los intrépidos que se animarán a preguntar amablemente, quienes a todo esto, tendrán que luchar con el no siempre grato canto del poseedor del objeto fetiche.
    Luego está el celular, desde donde no sólo se pueden oír los más increíbles relatos sin siquiera prestar atención y enterarnos de las más ocultas privacidades, sino que cuando por fin comenzamos a encontrar al menos digerible el reggaeton-to de nuestro vecino, el del lpod, nos interrumpe el cabeceo de sueño algún ruidito proveniente de un mensaje nuevo o de algún choque de la viborita contra la pared.
    Las charletas del viaje son infaltables, las chicas que eligen contarse todo lo que nunca se contaron jamás y de lo que probablemente nunca se acordarán haber dicho, en el colectivo, sin hablar de las risotadas a hemorragias que acompañan a sus chillonas voces. Ni hablar de las parejas que se pelean, fui testigo de un cambio abrupto de asiento a causa de una discordia sobre ruedas.
   Creo que no me olvidé de ningún personaje, o por lo menos estos son los que yo considero los más molestos de los viajes en bondi.

   ¡Esto es to-to-to todo, amigos!


Canción del título: Gualicho, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

domingo, 11 de enero de 2009

"A veces exagero mi humor..."

    Esas carcajadas alborotadas, cuando las lágrimas se me caen a borbotones y lucho por respirar para volver a senerarme, pero el intento es en vano, ya que me tiento nuevamente y con más ganas hasta que me despanzo de la risa.
    Pues bien, este suceso puede volver a darse, ya que alguien de Canal 7 tuvo la genial idea de emitir nuevamente los capítulos de Todo x 2 $ en vivo desde Miami, culpable de algunos de mis desvelos tarde en la madrugada.
    Porque entre tantos Tinellis, Suares y Riales, Samanthas ("toda la noche se la banca...") y Nazarenas (si alguien se acuerda de esta chica, favor de omitir cualquier expresión afirmativa y si no, por la salud de la comunidad, evite hacer memoria) rebosantes de la cultura desfachatada que se nos pretende impregnar desde la sra. Televisión Argentina, hicieron por fin un rescate emotivo y esta vez le tocó a un programa que pudo lograr con un presupuesto mínimo y demasiada creatividad (y de la buena) a través de los guiones de Pedro Saborido y Néstor Montalbano, aportó durante los '90 y pequeña parte de los '00 el condimento perfecto para recuperar el gesto más sano de todos: la sonrisa. Porque nadie puede negar que no se le arrugaban un poco las comisuras de la boca al ver uno que otro videoclip de los de Patricio Contreras, cuando iba "al billar miamor" y te invitaba "vamos al billar, miamor" o se parodiaba ante la exasperación provocada por la aparición del exuberante físico del 'actor' Osvaldo Laport con el redundante "Pero Laport es más fuerte..." y tantos otros.
    Ni hablar del personaje de Fabio Alberti, Coty Nosiglia, cuyo programa Boluda total era un chiste bárbaro, a pesar de que a veces se le escapaba un poco de machismo. "Boluda total, boluuuda boluuuda..." se me viene a la memoria lo que podía enseñarnos esta señora de sonrisa ingenua y el flequillo que caía torpemente a medida que inclinaba su cabeza sobre su rostro, rostro de boluda, claro... (anotación mental: nunca dije ni escribí tanto la palabra boluda): las recomendaciones para anotarse a las clases de casting de teatro dictadas por la modelo Claudia Albertario (la de la publicidad de Personal "¿cómo estoy? ¡wuw!") para anotarse, eh: cómo hacer la fila..., las manualidades, y los anuncios: "la semana que viene, Mariana Arias nos enseña a hacer papel picado" (cualquier semejanza con Utilísima no es mera coincidencia... ¡y te queda igual al de la tele!), la revista a la módica suma de $200-tantos-pesos (de esa época, vale aclararlo) que incluía nada más y nada menos que la vincha-linterna para leer las boludeces a todo momento.
    La pedagoga Irma Jusid, a cargo de Diego Capusotto y su memorable consejo final a los jóvenes: "Cuidate, querete, ojito, ojete". Los excéntricos capítulos de las novelas HP, Yuta Da Silva. Flavio Pedemonti, siempre preparándose para su retorno triunfal al fútbol. El hombre boboooo a las corridas. Y el inigualable trío de Los Carlitos Balá, que oficiaban de presentadores... ¡Ea ea ea pe pe!
    Qué lejos quedaron... más lejos parece... resulta que yo los descubrí tarde, como siempre digo, debí haber nacido antes. Ni la desfachatez de Tinelli, de quien si bien fue productor de este programa, ya puede decirse que es un mutante de sí mismo bajo el denominador común de la TV mediocre, donde se jactaba burlándose de los demás, hoy le rinde culto a las siliconas.
   Volviendo a Capussotto & cía., pudimos recuperar un poco de la risa perdida, gracias a Peter Capussotto y sus videos. Aquí, el actor entrelazaba personajes del rock a material inédito que eran una joyita.
   Lamentablemente, no es gracioso si lo cuento. De verdad, esto sí hay que verlo. ¡Claro que sí, claro que sí!
   Vista la escasa proyección del humor argentino actual, hundido en las excesivas vulgaridades y el doble sentido sobre el que se encuentra anclado, aprovecho la oportunidad de hacer un llamado a la solidaridad: invito al empresario con ganas de invertir unos pesos que esté leyendo mis delirios a que se anime y compre otros programas, tales como Cha, cha, cha, Juana y sus hermanas para darnos y darse una buena sonrisa, de esas que nunca vienen mal.

Dos de mis videos favoritos:
Curso de cordobés de Todo x $2, a cargo de Capusotto

Musicalización de Anthony Queen y su Clericó, también en Todo x $2

Canción del título: Martinis y tafiroles, Indio Solari.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Hicimos temblar La Plata

    Repitiendo el fenómeno acontecido en diciembre de 2005, cuando el Indio Solari se presentó por primera vez junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en el Estadio Único, nuestros movimientos -esta vez, los míos también- quedaron registrados en el sismógrafo que posee el Observatorio de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). 
    Tal como se informó al diario Hoy de La Plata desde la Estación Sismológica del susodicho Observatorio, se registraron "vibraciones de origen artificial durante las noches del 20 y 21 de diciembre. El 20 de diciembre, luego de las 22.22 se observó una señal fuerte y prolongada por alrededor de un minuto y pocas vibraciones más en esa hora; mientras que el 21 de diciembre, segundos antes de las 22.06 hasta pasadas las 00.18, se observaron numerosas vibraciones, y hubo señales similares y repetidas segundos antes de las 23.13 hasta las 23.18". 
    Nuevamente, el cemento sucumbió ante el hechizo de la voz de Patricio Rey, conmovido por la reunión de cerca de 100.000 redonditos de ricota fundamentalizados.

jueves, 25 de diciembre de 2008

El Indio Solari (y Claris) en La Plata

   Damas y caballeros: con uds., los Fundamentalistas...”.
   No, no, ¡perdón! Con uds., ahora así, después de algunos berrinches informaáticos y mediante computadora prestada, la crónica del último bondi a La Plata.
   Ladren lo que ladren los demás. Algunos dicen que soy fanática. Pero a mí no me gustan los extremos, a mí me gusta la música, y hay música que me conmueve y que amo.
   Porque un sentimiento muy poderoso puede atraer y movilizar a tantos lunáticos viajantes dispuestos a seguirlo a donde vaya, sin importar inclemencias del clima o cuán lejos sería el próximo destino. El Indio elige el lugar, dejaba ver la inscripción en una bandera.

   2860 aproximadamente, la cantidad de kilómetros recorridos en total desde que la indiada invadió Jesús María, descontado mi faltazo a Tandil casi 3 meses después, y haciendo escala en la ciudad de La Punta, en San Luis para arribar finalmente a la histórica cumbre "redonda", donde muchos se pierden, pero una vez se encontraron los creadores de la banda que sigue protagonizando los momentos agradables, y no tanto de nuestras vidas.
   El viernes 19, mientras el mal tiempo amenazaba el cierre de la gira, venían a mi mente cada uno de esos trips y fiestas únicas e irrepetibles. ¿Cómo olvidar y no quedarse boquiabierto de la emoción al ver la plaza colmada en la ciudad cordobesa? Y la insospechada San Luis, en el mismísimo medio de la nada, literalmente hablando.
   Los equipos de música en las calles de La Plata, al son de las bandas y la murga de las mamás Porco, los vecinos hospitalarios, quienes nos invitaron a reposar al reparo del calor en las veredas de sus casas bajo algún techo o árbol, la señora que atendía nuestro incesante y desolador pedido de agua cada 15 minutos, los choris de los chicos... ¡¡¡el sol cocina lento y ellos caminaron una hora en busca del tan necesario pan, es que tampoco había ni ketchup ni nada (nada de alcohol)!!!
   Todo, para que fuera a parar directo a las retinas. Tan grata y encantadora fue la recepción que quedaron tirados en la ruta del ingreso a Buenos Aires los nervios del mal augurio de la rotura con posterior cambio de colectivo de la empresa disquera Locuras, previa intervención del sr. Soborno a unos cuantos uniformados que miraban acechantes del otro lado de las ventanillas.
   Anaeróbicos llegamos, hambrientos de música, también y de choris, claro.
   Esta vez pareció más largo el día, quizá porque era el último encuentro y queríamos disfrutarlo como tal, porque nos había anunciado el propio Indio que el año que viene cambiará estadio por estudio para grabar su nuevo material, aunque él mismo no descarte hacer un recital pendiente en Salta en septiembre de 2009, al que se refirió en una nota a la página web Redonditos de Abajo.
  Impresionante se ve... Fue realmente impactante haber tenido la posibilidad de apreciar desde la platea -la aspirante a abogada esquivó los reglamentos- el frenesí que emanaba y se contagiaba en una ola expansiva como arrastrado por la brisa que amenizaba los no-sé-cuántos-pero-muchos-ºC de ese día.
   No fue sino hasta las 22.20 (quizá más tarde, a lo que menos atendía en aquel momento era al reloj) que terminaron de ingresar algunos desprevenidos. En ese entonces, las luces se apagaron y los ritmos árabes presentaron a El Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. La estrambólica camisa naranja había regresado, esta vez con puerquitos estampados, a tono del anfitrión Porco Rex.



   El Indio, si bien tuvo un regular comienzo, y se lo notó disgustado por el sonido, reservó todas las emociones para más adelante cuando anunció que quería "mover el culito" y "saltar un poquito". Por otro lado, se encargó de tranquilizar el insistente cántico que implora la vuelta de los Redondos, cuando lapidó diciendo "será una partida difícil" y disparó con el tema Tatuaje.
   La invitada especial Deborah Dixon y su acompañante, brillaron en los coros, como la estampa plateada de su musculosa.
   La batería fue pura potencia de las manos de Martín Carrizo y lo demostró en una impecable ¿Por qué será que no me quiere dios?
   De Calamaro, ya lo presentía: no me gustó sobre todo porque trató de acaparar el centro de la atención en reiteradas ocasiones con sus movimientos ridículos, incluso hizo su propia interpretación de Esa estrella era mi lujo -tema de los Redonditos, que cantó a dúo con El Indio-, estirando las palabras porque claro quedó que la canción no es adecuada para su voz ronca. El resultado: terminó siendo silbado por una multitud, sin merecerlo porque no deja de ser un invitado del Indio. Además, no puedo negar que no se me escapó una lágrima en este, uno de los temas que más sentimientos me movilizan, donde la potente guitarra eléctrica endulzada por una criolla, mientras el saxo aparece para terminar de acomodar la atmósfera de la situación y el bajo corona el momento que se luce por sí solo.
   Algo que sí me molesta y es importante destacar es que siguen arrojando objetos sobre el escenario. Es una falta de respeto, por más que no compartan la actitud de Comotto, quien a veces hace alarde de sus condiciones como guitarrista, el pantalón flogger de otro músico o el peinado de Solari (¿?). Parecerá chiste, pero hasta el mismo Indio ha sido blanco de los "tiro y me creo un vivo bárbaro" durante toda la gira.
   En fin, me gustó mucho el show, aunque ya iba adivinando el orden de los temas y en el final se tornó más previsible. Repitió, como hizo en los recitales anteriores el comienzo con Pedía siempre temas en la radio y Ramas desnudas, de los Redondos tocaron temas que ya habían hecho, y volvieron a hacer los mismos de El tesoro... que en San Luis: El tesoro de los inocentes, Pabellón séptimo y To beef or not to beef.
   He leído por ahí que se equivocó en haber tocado ocho temas seguidos de su etapa "fundamentalista", pero a mi no me pareció. Es más, había momentos en que se escuchaba más a la gente cantando que al Indio, y cuando se quedaba callado, la gente seguía igual.
   El pogo de Me matan Limón, con todas las cabecitas iluminadas saltando, el haber coreado Preso en mi ciudad, emulando aquél River de abril del 2000 con los Redondos, Ji ji ji cuando encendían las luces, y el final con los fuegos artificiales reflejaron la euforia de la noche vivida, inolvidable -como el precio del agua que aumentaba a medida que transcurrían las horas, de $8 a $10-, cuyo fulgor no se opacó en ningún momento y donde se confirmó para mucos que él es sus sueños, y él no se duerme.

Metió, metió mi rocanrol...
bajo este pul-so


Fotografías tomadas del sitio web de la Revista Rolling Stone:
http://www.rollingstone.com.ar/1083078-el-indio-solari-hizo-estallar-a-la-plata