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jueves, 30 de abril de 2009

Amnesia

   Prefiero creer que me ha poseído una amnesia y olvidarlo todo. Desde el cómo, el cuándo, dónde y por qué, y las pastillitas de colores. En realidad me cuesta pronunciar estas palabras, y me gustaría creer también que al terminar de decirlas, no cambiaré de opinión, ni siquiera un entrometido e impertinente lagrimón me recordará por qué duele.

miércoles, 29 de abril de 2009

Insignificancia

   Un olor nauseabundo envolviéndome. Un estómago desintegrándose. Y la sien, perpleja. Es entonces cuando algunos se preguntan cómo ha empezado todo.
   Ya voy a dejar de arrastrarme por sórdidos pantanos, raspándome las rodillas a placer ajeno.
   Esos perros emuladores, mientras buscan pareja para su juego burdo, sólo enfocan sus ojales abigarrados y comentan la función. Bien que hacen.
   No los culpo, pues ¿qué más pueden hacer?
   Los lobos aúllan sus voces sensibles, aclimatan el ambiente, lamen las heridas.
   Los devoradores de la insignificancia ahora esperarán medio vacíos su próxima víctima.
   La impaciencia acongoja a los unos y a los otros.

sábado, 18 de abril de 2009

Desesperar antes que resignarse

Iba a llamar, iba a venir.
Alguien lo vio, me atreveré a preguntar.
Y yo cerré el último resquicio,
el más paciente de la puerta.

Andar mendigando aire
es de pobres resignados,
aun conservo las manos para espantar las moscas,
que se vayan a absorber a sus gusanos.

Salí, salí de tu maldita caverna.
No va a aparecer,
y si aparece, que sea bajo la forma de un fantasma,
para que sea imposible de reconocer.



Los conozco bastante bien.